Aunque la recuperación económica es real, la situación laborante sigue preocupando, indica la Canacintra
CIUDAD DE MÉXICO (31/MAY/2010).- El desempleo en México “muestra una tendencia preocupante hacia el crecimiento”, a pesar de que la economía apunta a la recuperación, afirmó la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).
De acuerdo con cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa anual de desocupación muestra un incremento de casi dos décimas de punto, al pasar de 5.25% de la Población Económicamente Activa (PEA) en abril de 2009, a 5.42% en igual mes de este año.
Reconoce que la tasa de desocupación mantiene una tendencia al alza pese a que los indicadores de la actividad económica apuntan hacia la recuperación. De hecho, ya se han realizado los primeros ajustes al alza en las estimaciones del Producto Interno Bruto (PIB) que contrastan con la trayectoria descendente del empleo, expuso en la publicación Sinopsis económica, elaborada por su Centro de Estudios Económicos.
Para la Canacintra, la principal preocupación y prioridad del Gobierno y de los interlocutores sociales es el empleo y la apuesta por una estrategia de crecimiento económico equilibrado y duradero, basado en la mejora de la competitividad. Por ello deben sentarse las bases para impulsar la recuperación del crecimiento y potenciar una estrategia que apueste por la innovación, el desarrollo tecnológico y el valor agregado, de forma que aumente la productividad de la economía, el empleo y la calidad del mismo.
Reconoce que en el país se reporta un descenso importante en la productividad laboral, que se hace presente cuando se compara la evolución del ingreso por habitante en México con la de otros países.
De ahí que se deban de impulsar políticas laborales y de empleo que actúen de manera prioritaria sobre la educación y formación, la infraestructura e inversión pública, la investigación, el desarrollo e innovación y la política industrial y de medio ambiente, expone el organismo industrial.
El futuro no es promisorio
Sin cambios, crecimiento insuficiente: CEESP
CIUDAD DE MÉXICO.- México crecerá este año arriba de 4.5%, pero si se continúan posponiendo los cambios estructurales y se deja que la economía siga su tendencia inercial, en los próximos años retomará un ritmo de crecimiento cercano a 2.0 por ciento por año, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo señaló que cualquier cambio requiere de un tiempo de maduración, por lo que “es evidente la prontitud con la que se deben llevar al cabo” para lograr resultados lo más pronto posible. 'Es claro que la demanda interna sigue débil y de continuar así, las posibilidades de tener un crecimiento alto y sostenido se reducen, sobre todo cuando prevalece un porcentaje muy alto de la población en niveles de pobreza y otro tanto con empleos de mala calidad”.
Análisis
Empresas, empleo y bienestar
José Luis de la Cruz Gallegos, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tec de Monterrey
Durante el año pasado siete mil 319 patrones se dieron de baja en los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), reflejando con ello la magnitud de una crisis económica que tan sólo en los primeros cuatro meses de 2009 ya había contabilizado un retroceso mayor a los cinco mil 500 patrones. De acuerdo con la información actual del IMSS, en el primer cuatrimestre de 2010 la situación se ha modificado al observarse la incorporación de dos mil 200 empleadores a nivel nacional.
Indudablemente que la última cifra citada no alcanza a recuperar ni el retroceso parcial de los primeros meses de 2009 ni la pérdida total del año. No obstante, la revisión sobre el número de patrones conduce a plantearse la siguiente cuestión: ¿cómo es posible que con un número inferior de empresarios se tenga una cantidad de trabajadores similar o mayor al existente antes de la crisis?
En otras palabras, una de las incógnitas que se deriva de una revisión de la información contenida en los archivos del Seguro Social es la referente a cómo con menos patrones se tiene un nivel de empleo mayor. Al menos es lo que sostiene el discurso oficial.
En este aspecto llama poderosamente la atención el hecho de que el número de empleadores en la economía mexicana ha retrocedido en algunas de las entidades que tienen una gran relevancia en materia de generación de empresa y empleo como los son el Distrito Federal, el estado de México y Puebla, así como en algunos estados fronterizos.
En conformidad con las estadísticas presentadas, la mayor parte del contrapeso radica únicamente en cuatro estados del país: Jalisco, Nuevo León, Sonora y San Luis Potosí, en donde se concentra poco más de 50% de los nuevos registros, situación que debe implicar la existencia de algún programa económico muy exitoso y digno de replicar a nivel nacional, que les está permitiendo acaparar ya la atención de los inversionistas.
No obstante que lo anterior constituye un hecho altamente interesante y que se debe abordar con mayor profundidad, en la presente reflexión es importante concentrarse en algunas inferencias que se pueden realizar en referencia a la distribución de la riqueza. Con fundamento a lo descrito parece plausible adelantar un par de ideas: el crecimiento económico de 4.3% que se tuvo durante el primer trimestre del año fue alcanzado con un menor número de empresas formales, por lo que parte de los beneficios se distribuyó entre menos patrones.
En segunda instancia, puede estimarse que debido al deterioro en la calidad del empleo, básicamente porque los trabajadores perciben menores salarios y prestaciones, en el país debe estarse presentando un serio retroceso en la distribución de la riqueza.
Adicionalmente debe citarse que las cifras correspondientes al mes de abril contienen elementos que van en dicho sentido. La tasa de desocupación reportada por el Inegi fue de 5.42%, la más elevada en una década para el cuarto mes del año. Igualmente significativo fue el hecho de que la subocupación, es decir el número de personas que tienen tanto la disponibilidad y la necesidad de trabajar más horas, llegó a 9.4% de la población ocupada, situación que hace evidente la búsqueda de mayores ingresos que los trabajadores mexicanos obtienen para lograr darle sustento a sus familias.
Consecuentemente, parece oportuno plantear que los efectos positivos de la recuperación económica aún se encuentran fuera del alcance de una parte sustancial de la población, incluyendo a parte de la que tiene empleo, situación que debe solucionarse con el planteamiento de un programa económico que promueva tanto la apertura y operación sana de las empresas como la creación de empleo formal permanente bien remunerado. De otra manera, el bienestar de la población mexicana se verá comprometido y con ello la estabilidad social.
De acuerdo con cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa anual de desocupación muestra un incremento de casi dos décimas de punto, al pasar de 5.25% de la Población Económicamente Activa (PEA) en abril de 2009, a 5.42% en igual mes de este año.
Reconoce que la tasa de desocupación mantiene una tendencia al alza pese a que los indicadores de la actividad económica apuntan hacia la recuperación. De hecho, ya se han realizado los primeros ajustes al alza en las estimaciones del Producto Interno Bruto (PIB) que contrastan con la trayectoria descendente del empleo, expuso en la publicación Sinopsis económica, elaborada por su Centro de Estudios Económicos.
Para la Canacintra, la principal preocupación y prioridad del Gobierno y de los interlocutores sociales es el empleo y la apuesta por una estrategia de crecimiento económico equilibrado y duradero, basado en la mejora de la competitividad. Por ello deben sentarse las bases para impulsar la recuperación del crecimiento y potenciar una estrategia que apueste por la innovación, el desarrollo tecnológico y el valor agregado, de forma que aumente la productividad de la economía, el empleo y la calidad del mismo.
Reconoce que en el país se reporta un descenso importante en la productividad laboral, que se hace presente cuando se compara la evolución del ingreso por habitante en México con la de otros países.
De ahí que se deban de impulsar políticas laborales y de empleo que actúen de manera prioritaria sobre la educación y formación, la infraestructura e inversión pública, la investigación, el desarrollo e innovación y la política industrial y de medio ambiente, expone el organismo industrial.
El futuro no es promisorio
Sin cambios, crecimiento insuficiente: CEESP
CIUDAD DE MÉXICO.- México crecerá este año arriba de 4.5%, pero si se continúan posponiendo los cambios estructurales y se deja que la economía siga su tendencia inercial, en los próximos años retomará un ritmo de crecimiento cercano a 2.0 por ciento por año, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo señaló que cualquier cambio requiere de un tiempo de maduración, por lo que “es evidente la prontitud con la que se deben llevar al cabo” para lograr resultados lo más pronto posible. 'Es claro que la demanda interna sigue débil y de continuar así, las posibilidades de tener un crecimiento alto y sostenido se reducen, sobre todo cuando prevalece un porcentaje muy alto de la población en niveles de pobreza y otro tanto con empleos de mala calidad”.
Análisis
Empresas, empleo y bienestar
José Luis de la Cruz Gallegos, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tec de Monterrey
Durante el año pasado siete mil 319 patrones se dieron de baja en los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), reflejando con ello la magnitud de una crisis económica que tan sólo en los primeros cuatro meses de 2009 ya había contabilizado un retroceso mayor a los cinco mil 500 patrones. De acuerdo con la información actual del IMSS, en el primer cuatrimestre de 2010 la situación se ha modificado al observarse la incorporación de dos mil 200 empleadores a nivel nacional.
Indudablemente que la última cifra citada no alcanza a recuperar ni el retroceso parcial de los primeros meses de 2009 ni la pérdida total del año. No obstante, la revisión sobre el número de patrones conduce a plantearse la siguiente cuestión: ¿cómo es posible que con un número inferior de empresarios se tenga una cantidad de trabajadores similar o mayor al existente antes de la crisis?
En otras palabras, una de las incógnitas que se deriva de una revisión de la información contenida en los archivos del Seguro Social es la referente a cómo con menos patrones se tiene un nivel de empleo mayor. Al menos es lo que sostiene el discurso oficial.
En este aspecto llama poderosamente la atención el hecho de que el número de empleadores en la economía mexicana ha retrocedido en algunas de las entidades que tienen una gran relevancia en materia de generación de empresa y empleo como los son el Distrito Federal, el estado de México y Puebla, así como en algunos estados fronterizos.
En conformidad con las estadísticas presentadas, la mayor parte del contrapeso radica únicamente en cuatro estados del país: Jalisco, Nuevo León, Sonora y San Luis Potosí, en donde se concentra poco más de 50% de los nuevos registros, situación que debe implicar la existencia de algún programa económico muy exitoso y digno de replicar a nivel nacional, que les está permitiendo acaparar ya la atención de los inversionistas.
No obstante que lo anterior constituye un hecho altamente interesante y que se debe abordar con mayor profundidad, en la presente reflexión es importante concentrarse en algunas inferencias que se pueden realizar en referencia a la distribución de la riqueza. Con fundamento a lo descrito parece plausible adelantar un par de ideas: el crecimiento económico de 4.3% que se tuvo durante el primer trimestre del año fue alcanzado con un menor número de empresas formales, por lo que parte de los beneficios se distribuyó entre menos patrones.
En segunda instancia, puede estimarse que debido al deterioro en la calidad del empleo, básicamente porque los trabajadores perciben menores salarios y prestaciones, en el país debe estarse presentando un serio retroceso en la distribución de la riqueza.
Adicionalmente debe citarse que las cifras correspondientes al mes de abril contienen elementos que van en dicho sentido. La tasa de desocupación reportada por el Inegi fue de 5.42%, la más elevada en una década para el cuarto mes del año. Igualmente significativo fue el hecho de que la subocupación, es decir el número de personas que tienen tanto la disponibilidad y la necesidad de trabajar más horas, llegó a 9.4% de la población ocupada, situación que hace evidente la búsqueda de mayores ingresos que los trabajadores mexicanos obtienen para lograr darle sustento a sus familias.
Consecuentemente, parece oportuno plantear que los efectos positivos de la recuperación económica aún se encuentran fuera del alcance de una parte sustancial de la población, incluyendo a parte de la que tiene empleo, situación que debe solucionarse con el planteamiento de un programa económico que promueva tanto la apertura y operación sana de las empresas como la creación de empleo formal permanente bien remunerado. De otra manera, el bienestar de la población mexicana se verá comprometido y con ello la estabilidad social.
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